Frente a la recepción, pasando por un cobertizo divisor y ya fuera de esta unidad de exposición, es la zona reservada exclusivamente a mapas e ilustraciones originales del siglo XVIII, agregando un acervo gráfico de inigualable importancia cedido por la familia Albuquerque, y en la recuperación de los cuales el Museo Nacional de Arte Antigua desempeñó un papel decisivo.
Los mapas aquí reunidos permiten un amplio marco de organización geopolítica de la altura, gracias a un profuso y rigoroso trabajo topográfico que abarca ríos, construcciones y vegetación. La configuración y distribución geográfica, y su toponimia, la organización militar con la demarcación de puntos estratégicos, áreas de influencia extranjera o extrañas a la Corona, entre muchos otros elementos, son datos esenciales para reconstituir el papel de Portugal en Brasil y entender el legado que ambos los países intercambiaron.
En esta sala el visitante habrá acceso privilegiado a elementos representativos de paisaje tropical de tres siglos atrás, a través de una amplia variedad de especies animales y vegetales que se muestra en detalle. Un extenso trabajo de restauración posibilitó hacer públicas, en un espacio específicamente creado para preservar la integridad de los documentos, hermosas representaciones de flora – árboles, plantas, flores y una gran variedad de frutas – y la fauna locales – aves, mamíferos, reptiles, peces –, así como de índices referentes, constituyen un verdadero compendio de la historia natural brasileña.